jueves, julio 01, 2004

Ceuta, minutos después


Edgar mío,

Recibí una carta de una tal Clara Boya que contenía una afoto tuya que, dicho sea de paso, hizo que me enamorara aún más. Tu pose gallarda, el magestuoso entorno, el lujosísimo sillón (objetos que me orientan respecto a tu posición económica, social y moral), dan cuenta de que mi elección es por demás atinada.
Pero...
¿Quién es esa trola de Clara Boya, que tan cerca tuyo está?
¿Cómo es que tiene el tupé de llamarte "mi amado", ante la estupefacción de mis atribulados ojos?

Me consumen los celos...
No atemplo, no conmino, no comino, no petino, no soporto la idea de que estés rodeado de bellas mujeres.

Son los celos que me matan, vida, son los celos por tu amor.

Espero que aún sigas amándome como otrora y que esa tilinga sea sólo una insidiosa más de las tantas (como la Paulina apócrifa, por ejemplo) que desean interponerse entre nosotros y este amor divino, pronto tienes que volveeeer.

Nos hablamos. Nos vemos.


*tu* Paulina.
Venta de billetes de octava clase,
para viajar contentos de ir de viaje.

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