sábado, agosto 26, 2006

Amadamar:

Mi pinio navideño destila el amargo sabor de la añoranza, cuando evoco tus cuerpo chorreante de sidra La farruca y recuerdo las borlas y lametas que cubrían tus pechos como torrentes de trigo y luz.
¿Volverá el verano en que me amabas?

Jo, jo, jo!!! Hace tiempo que estoy en libertad. Cumplí mi condena, pero la verdad es que ya no quiero laburar más para dios. Me quitaron el premio por presentismo y me pareció un acto injusto. Ahora le estoy haciendo un juicio, pero me temo que lo perderé porque el sindicato de la Orden Celestial se ha puesto en mi contra. Aún siguen calientes por la falta de regalos el último fin de año en el que estabamos juntos, tú y yo como tortolitos enmarañados en las mieles del placer y la pasión. ¿Recuerdas, amada mía?

Quiero verte una vez más, así sea lo último que haga en la vida. Dime si es posible, si tus gemúes pueden arreglarse sin tí un par de días y te invito a Chapadmalal que es dónde estoy parando ahora de incógnito. Reservo mi traje rojo para el momento del encuentro. Lo mandé a la tintorería y todo.
Te envío esta misiva con mi fiel Gino Reno, espero que no se pierda en el camino porque anda medio pelotudo con estos calores. La playa no le sienta bien al pobre, acostumbrado a los fríos polares.
Contestame pronto, así compro pilas para el control del Gold Butterfly.

tuyo

tu papito

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